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"Antología del cuento corto colombiano"

Antología del cuento corto colombiano

Antología del cuento corto colombiano
es una reedición llevada a cabo por Guillermo Bustamante y Harold Kremer de lo que representaría a su juicio el cuento corto colombiano. En la “Introducción”, ellos mencionan acepciones como: cuento brevísimo, minificción o minicuento, y anotan que el siglo XX aún no le había dado un lugar propio. “El cuento corto se alimenta del poema, del ensayo, de la epístola, del relato, del cine, de la noticia periodística, de la tradición oral” (Bustamante y Kremer, 2004: 16). Entre las características que mencionan está su cercanía con el haikú, la dificultad de reconocer rasgos históricos a través de él y la precisión en las imágenes, ajena a cualquier adorno.

"El microrrelato hispanoamericano"

El microrrelato hispanoamericano
El microrrelato hispanoamericano, de David Lagmanovich, es uno de los pocos textos que ahondan en las bases teóricas de la minificción; por esto, ha sido fundamental en la línea de trabajo del Grupo de Investigación en Hipermedia, Minificción, Literatura y Lenguaje, HIMINI. Lagmanovich hace mucho tiempo había percibido la presencia de las minificciones o microrrelatos y por ello las incluyó en ese momento en sus clases de literatura y conferencias. También sintió en ellas los rasgos centrales de la modernidad al provocar efectos artísticos usando un limitado número de elementos como reacción a la extensión y redundancia decimonónica del romanticismo.

Hacia el año 2005, el autor manifestó que había abundancia de recopilaciones y antologías, pero no existían del mismo modo avances que quisieran comprender el “fenómeno literario que entrañan” (Lagmanovich:2007, 11). Ahora que los microrrelatos ya son conocidos por todos, viene la tarea crítica de explicar qué son y en qué consisten estas creaciones.

"La minificción en Colombia"

La minificción en Colombia
La minificción en Colombia es una antología llevada a cargo por el investigador Henry González, donde se dan a conocer “cincuenta creaciones minicuentísticas de escritores representativos del género” (2002: 10). En su “Estudio preliminar” se muestran los posibles orígenes de la minificción (que se remontan al oriente), y la imposibilidad de asignar una fecha precisa según otros autores. También se reflexiona sobre el nombre que llevarían estos microtextos: Violeta Rojo insistiría en la necesidad urgente de delimitarlo con un nombre preciso: minicuento. Zabala, Tomassini y Colombo recurren a la definición de minificción. Laura Pollastri explicará cómo en Latinoamérica el desarrollo de la minificción ocurre gracias al modernismo y la prensa periódica; a lo que se añadirá la vanguardia en el año de 1930. Dos autores claves en ese momento serán Macedonio Fernández y Julio Torri.

En Colombia, la tradición del cuento nos lleva al Carnero de Juan Rodríguez Freyle a través de los primeros relatos breves o historielas. Según el “Estudio preliminar”, un momento fundacional del texto brevísimo ocurre con la publicación de Suenan timbres (1926) de Luis Vidales; una segunda etapa, surge de 1940 a 1960 cuando estas creaciones pierden su marginalidad y adquieren valor en libros, antologías, o periódicos y revistas. El tercer momento ocurre entre 1970 y 1980 cuando aparece la Revista Ekuóreo, “dedicada exclusivamente al estímulo y difusión del minicuento” (2002: 19). Finalmente, la cuarta etapa se refleja en la acogida de la creación breve en textos escolares, ventas ambulantes, concursos, etc.